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Charlas de mar, con Fede

Otra entrevista de una serie de charlas, en este caso con personas que han decidido de vivir su vida no solo cerca a la orilla si no dentro del mar. Charlas que cuentan de sus experiencias así tal cual como fueron vividas. En esta entrada nos cuenta de su vocación para el océano Federico Scalise, instructor de surf, socorrista y full-time aquaman:

  • Imagínate si tuvieras que escribir una entrada en un diccionario con una definición de la palabra océano o mar, ¿cómo sería tu definición?

Es el útero de la vida, punto. 

  • ¿Sin más?

Si. El océano es absolutamente todo. Todo en un sistema cerrado como el planeta y una cosa decisiva como cada cosa en el universo o el cosmo. Pero sin duda sin el océano no me estarías haciendo esta entrevista. Entonces evidentemente ha sido completamente decisivo para generar este tipo de existencia. 

  • Hablando de existencia, la tuya gira alrededor del océano, ¿verdad? ¿De qué forma?

Si, siempre lo ha hecho. En diferentes formas en diferentes etapas. O sea a través de la música, a través de las películas, a través de las series, en momentos en los cuales estaba obligado de vivir fuera de mi ecosistema propio, que es la playa o el mar. Y luego obviamente cuando ya fui adulto y pude tomar mis propias decisiones, elegí que la presencia del océano sea constante. Ahí otra vez más empieza a ser decisivo.

  • Y así como el océano estuvo presente siempre en tu vida, ¿te has encontrado alguna vez con otras personas que lo viven de la misma forma? 

Jamás. Es decir, nunca me sentí reflejado, en la necesidad de vivir frente al mar o de respirar el mar. O sea yo creo que incluso lo intentaba, y volvemos a lo mismo, en los momentos en los que no he podido ser yo mismo. Cuando era chico y era parte de una familia y las circunstancia en la familia, pues elegían qué no. O que en alguna otra etapa que yo propio he elegido que las posibilidades que una ciudad costera me brindaban no eran los que yo necesitaba en ese momento. Entonces, creo que el océano lo tenemos dentro. A ver entiendo que haya gente que ama el océano y que vive lejos, pero creo que eso se puede hacer por un breve momento.

  • Que haya una diferencia existencial entre personas que sienten una conexión particular con el mar y personas que no, ¿te parece una teoría valida entonces?

Eso está claro, cómo así con una música o una montaña o lo que fuera. Todos los seres al final compartimos el planeta pero no significa que todos los seres vibremos con lo mismo, o sea lo que nos estimula. En mi caso fue clarísimo, porque desde siempre como decía antes, viviendo o no viviendo cerca del océano o del mar, yo tenía esa necesidad. Mi familia por ejemplo vivió, en una etapa, frente al mar y siempre en verano nos dedicamos a estar lo más posible en la playa. Pero mi padre no entraba al mar, mi madre no entraba al mar, mi hermano nunca fue a la playa de grande porque ama la ciudad. Justo coincidió simplemente que vivimos cerca del mar. Entonces por parte de mi familia no existe una influencia que haya creado mi amor al mar. Es algo mío. 

De hecho es una necesidad brutal, que define tu estado de ánimo, que define tu sensación diaria, que define la sensación al despertarse, que define las conversaciones, que define el ritmo de la existencia. Al final, tu vives aquí por ejemplo y mal que mal a la gente la saludas y tu dices joder a ver cuando apagan el viento noreste con esta calima. ¿Me entiendes? Si vives en una gran ciudad la gente no habla del clima, o sea si, "que puta lluvia", vale, pero no mucho más. Pues eso va configurando diariamente tu existencia, escuchas, vibras. Duermes en la furgo escuchando el sonido del mar, sabes si está grande, sabes si está pequeño. Supongo un pescador sabe si puede pescar mañana o no, el surfista o buguero si puede ser feliz ese día o no.

  • Esa conexión con el mar, ¿la vives o la exprimes a través de los deportes acuáticos?

Pues es una forma. Una forma de conexión con el mar. Es como si te dijese la música, si, amo la música. Hay gente que ama bailar la música y hay gente que solo ama escuchar la música. Creo que todo va a nivel conectivo. Si estás conectado con la música, puedes ir a un concierto y vivirla de una forma, puedes escucharla en tu casa con los headphones y flipas porque escuchas hasta la respiración de la persona que está interpretando. En un concierto te unes más con las personas que van a ver ahí ese concierto. A otra gente le gusta más sólo bailar la música y a otra gente le gusta escribir o componer música. Y todos vivimos en función de la música por ejemplo. Pues con el mar es lo mismo. El pescador está contando los euros para ahorrar y venirse 15 días al mar porque vive lejos, o nosotros que nos levantamos a la mañana y decimos "¡Ostia qué ganas de ir a Entubadera a tomar un mate antes de ir a dar la clase!" Que la clase la doy en el mar y sin embargo esa conexión es totalmente diferente de estar leyendo un libro y escuchar el mar o solo levantar la vista o revolcarse en la arena o nadar. No siempre quieres estar dentro del mar. La presencia del mar se hace constante dentro y fuera del mar. Hay veces que a ti te apetece jugar con el mar, jugar con las olas. Otras veces te apetece nadar entonces odias las olas. Sin embargo, amas el mar. En otros momentos, que hay viento, me encanta sentir la sensación de agarrar la bota barra del windsurf y sentir la sensación del viento que es completamente diferente. Ahí sientes la presión y la fuerza del viento pero a la vez sientes deslizarte sobre el agua y entonces la relación que tu tienes con el oceano es otra. Porque si se quiere ahí también estás haciendo una relación con el viento. Sobre el mar pero con el viento. En otros momentos estoy tomando mate en la playa y estoy teniendo una relación con el mate, con la arena, pero el mar está presente. En otros que estás leyendo un libro, estás escribiendo una poesía o estás solo pensando mientras nadas o lo que sea, ¿sabes? 

  • Y de todas esas formas, ¿tienes una preferida?

No. Todas me gustan. Si, porque como digo, obviamente el surf para mi ha sido mucho más que una forma de conexión. Ha sido la gran o sea la conexión, no primaria, porque de pequeños creo que todos tenemos esta conexión de ponernos un bañadorcito o en pelotas, pero parece que a medida que vamos creciendo nos tenemos que tapar. Pero cuando somos niños no nos tapa nada y estamos en pelotas ahí jugando con las olas, con el mar y la arena se te mete en el culo y esa conexión es totalmente pura, con el mar. Y creo que, bueno, hay niños que le tienen miedo al agua, pero vamos, son los menos. Normalmente la primaria con el mar es así, jugando con las olas. Todos, absolutamente todos hemos jugado con las olas de niño. Que te tire, que le grites cuando viene fuerte, que te pegue un tortazo. Y normalmente eso se traslada al bodyboard.

  • ¿Tu empezaste con el bodyboard?

Todo el mundo. Yo creo que todos, ¿tú no? En fin, no recuerdo cuál era la pregunta. 

  • Si tenías una forma preferida de conectar con el mar.

Pues el surf ha sido una compañía constante desde la primera vez que escuché la canción Surfing USA en la película del Muchacho Lobo, Team Wolf, trabajaba Michael Fox en el 80 y pico. Él se ponía a surfear arriba de la furgo con la música de los Beach Boys y cuando vi esos movimientos dije "¿Buf y esto qué es?"

  • Y por más que no se ve ni olas, ni tabla, ¿lo conectaste con el surf?

¡Si! Igual los Beach Boys por mi han sido una influencia brutal, hoy por hoy en la música, pero antes también en la cultura. Han abierto una puerta. Bueno había otras bandas también, Jan & Dean, The Surfaris, los de Surfer Joe, The Deltons, un montón de música surf que todavía no era música surf. Era más que nada la música que escuchaban los surferos y con la que se sentían identificados. Luego claro se tronó como vale, para vender un disco así se pone un surfero, y ahí se empezó a identificar. De hecho es más que sabido que de los Beach Boys, eran todos americanos, todos vivían en la playa, pero el único que surfeaba era el Wilson, el que tocaba la batería. Brian Wilson era el compositor, era un genio en la composición. Pero por eso digo, a veces el surf está conectado con otras cosas. Que es lo que está pasando mucho ahora. El surf no está tanto conectado con el océano sino que es más como una moda o como una cultura. Ya no como una contracultura, como pasaba en mi época. En mi época era muy difícil encontrar alguien que le decías surf, vamos imposible. 

  • ¿Y con el bodysurf y el windsurf pasa lo mismo?

Seee, si porque al final es gente que decide abandonar la ciudad y dedicarse de lleno a una actividad que solo puede existir en un determinado lugar y con determinadas circunstancias, clima y forma. Por eso no todos los surferos son iguales. No todos los bugueros son iguales. No puedes comparar un buguero de Alaska con un buguero de California digamos. El tipo de ola es diferente, el tipo de surf es diferente, el tipo de paisaje es diferente, totalmente diferente. Y eso se te mete, se te mete muchísimo, el clima también. Por eso siempre digo la cultura surfera del frío es la que más he disfrutado.

  • O sea, dentro de una misma disciplina, por más que tienes por ejemplo el deporte surf en común, ¿hay diferentes formas de vivirlo?

Seguro. Pero en todo pasa eso. Absolutamente en todo. Y el surf o las actividades náuticas, si se quiere, no están exentas. Por eso es muy difícil encontrar un grupo, que vaya de tripi, y que uno haga bodyboard, que uno haga surf, que el otro haga kayaksurf y el otro haga windsurf. Porque claro, cuando hay condiciones óptimas para el windsurf, el kayak se quiere matar porque tienes una situación horrible para andar en kayak. Y a su vez está el surfero que quiere surfear olas grandes o el buguero que quiere meterse en olas más huecas que al surfero, a un longboarder, no le sirven. Por eso también va determinando de qué forma tienes tu, de conectarte. O sea tu identidad en base a la actividad.

  • En este sentido las personas que realmente disfrutan del mar en todas las disciplinas son la minoría, porque lo habitual es especializarse.

Si, se ha inventado un nombre, watersportmen o watermen, que es la persona que disfruta con la misma intensidad diferentes formas de interactuar con el mar. Entonces cuando hay viento tienes ganas de agarrar la botavara y sentir como el viento te lleva, otros días tienes ganas de agarrar una ola hueca, hueca, que sabes que no hay agua y que es tan, tan, tan hueca, que bajas vertical y con cualquier tabla, ni siquiera con el roquer máximo, no puedes bajarla y entonces es el momento en el que agarras el bodyboard. Cuando ves una olita pequeñísima, es perfecta para agarrar el kayak, porque con un par de remadas en el kayak ya estas, y un día que está plano el mar pues la única sensación te la da el stand up paddle. Vas remando con el stand up paddel y ahí pues disfrutas viendo el fondo del mar, mirando. Porque al final cuando estamos dentro del mar estamos más focalizandos pues en windsurfear o ver cuando viene la serie, pero no estás mirando el pueblo, no estás mirando el bosque que tienes enfrente, no estás mirando el cielo. En cambio con el stand up paddle, por ejemplo un día que está flat, pues estás remando ahí y ves las tortugas y ves las mantarrayas, cosas que con el surf y con las otras disciplinas, a menos que una tortuga ninja te ataca la yugular, pues no las vas a ver. No me ha pasado por suerte. Si me ha pasado de que me paso una orca muy cerca con el surf y con el kayak un tiburón en el sur de Argentina.

  • ¿Y tú qué hacías? ¿Qué reflejo tienes cuando te pasa un animal así al lado?

Me cagué todo. ¿El reflejo cuál es? ¡Diarrea! ¿Viste alguna vez un tiburón en el mar? Pues cuando ves como ese ser saca la aleta y corta el agua dices ciao, haces el muertito y dices ya está. O lo mismo cuando la orca pasó tan cerca que salió a metros de mí este lomo enorme, pues la del tiburón no es tan grande pero la de la orca es gigante y sale esa cosa enorme del mar y dices, vale. Ya está.

  • Pero un "ya está" todo tranquilo no es eso, ¿o si?

A mi nunca me causó mala sensación, pero bueno eso va en la personalidad, obviamente si me hubiese probado una patita o lo que sea pues ahí no me hubiese gustado tanto. Digamos que tuve suerte. Y luego los lobos marinos son muy graciosos como te torean. Cuando estás en el pico y vienen y te torean más que cualquier local, y te sacan, te hacen beeeh, beeeh, hacen sonidos bulturales y no te quieren ahí. Lo entiendes, o sea nunca estudié lobo marino pero lo entiendes. Vienen con una cara de mala hostia, unos dientes así, muy mal lavados y te dicen, "¡No!" Queda claro, este no me está diciendo "Bienvenido al pico." o "Dale, hacemos el entrecruzamiento surfeando en la olas.", no. Te echan. O sea tú te mueves un poco y dices vale, acá el codito en la ola, el brazo de la ola. Y noooo beh beh. Te sacan.

  • ¿Pero nunca te ha pasado nada en el agua que te haya hecho dudar o que te haya hecho cambiar de idea, del plan, ok igual no debo estar ahí porque no es mi medio?

¿Nunca te pasa que te levantas y vas a comparar al supermercado y ves todos estos seres humanos gritando, rodeándote y se quieren colar y otros que ni te saludan y te sientes que dices, "¿Qué hago en este mundo?"? Pues así nunca me pasó en el mar. Nunca jamás sentí que no era bienvenido. 

  • ¿Tampoco con el tiburón?

No, al revès cuando te enfrentas a esas cosas, o como cuando estuve atrapado en los acantilados y tuve que esperar a la marea baja y no tenía cómo salir. Ahí obviamente la sensación es miedo, muchísimo miedo, no es respeto como dice la gente. No, es me cago todo, me diarreo, o sea muchísimo miedo. Porque no hay fuerza mayor que en la naturaleza, y en estos momentos lo sientes. Pero lo que digo es, que sigues sintiéndote parte. Por eso los pescadores por más que hay tormentas gigantes o la gente que navega o la gente que cruza el atlántico o la gente que explora, por eso creo que siguen haciéndolo. Porque sí, muchísimo, muchísimo miedo. Pero no es esa sensación no pertenezco. Al contrario, es esa sensación de "Ñooos, soy parte intensa."

  • Hablando de la gente, tu justamente trabajas en el mar y acercas a las personas al agua, ¿lo notas, quién tiene y quién no, una conexión con el mar?

Si claro lo ves, desde el principio, desde cómo entra al mar hasta cómo coge la ola, claro que sí. Exageradamente lo ves. Obviamente, bueno yo trabajo casi todos los días en el agua, o sea desde el momento en el que una persona agarra la tabla y la posa sobre el mar, pues si, ya te das cuenta, quién va a surfear este día, quién vas a tener que rescatar. Igual yo siempre cuando empiezo la clase los saludo y les pregunto, qué tipo de actividades hacen, si nadan, si viven en la costa, si esto y lo otro. Y ahí lo noto. Es un abismo de diferencia, como se maneja una persona en la playa. Una persona que tiene presencia del mar, que ves que desde niño ha jugado en el mar, a una persona de ciudad que no entiende la lógica del mar. O sea no entiende el lenguaje de las olas, el tiempo, todo eso, que cualquier persona que de niña, que hemos crecido con el mar lo tenemos innato, o sea innato no, lo hemos adquirido, pero de manera natural.

  • Entonces no es solo una sensación o algo que se lleva por dentro. También es la práctica.

Yo creo que como todo son las dos cosas, un gran deportista se nace o se hace, la clásica pregunta casi filosófica. Pues las dos. Si Messi no hubiese querido jugar a la pelota, pues no hubiese sido Messi. Si Kelly Slater hubiese preferido dedicarse al alcohol y a las drogas, pues no hubiese sido Kelly Slater, que a los 50 años sigue compitiendo. Por eso creo que la conexión la tenemos y luego está en cada uno si la desarrolla o no. Como la gente que tiene capacidad para bailar, pero por ejemplo es tímida, entonces no la desarrolla por la timidez. Sin embargo podría. La famosa podría ser... en el deporte lo vemos muchísimo en el entrenamiento. "Si da para más." "Si podría llegar a...". Yo siempre fui mediocre, siempre fui el segundo o a veces el primero que eligieron en los equipos de los deportes. Pero nunca fui el Messi, porque me encantaba experimentar lo que es el baloncesto, luego me encantaba experimentar canoa, luego me encantaba experimentar en verano lo que es el surf, luego nadar entonces claro nunca te vas perfeccionando técnicamente como para ser, por eso también yo fui un "podría haber sido", o sea si me hubiera dedicado a una sola cosa.

  • Pero muchas de las cosas que haces, lo que las conecta es el océano. Da igual cual juguete de mar te doy, te defiendes justamente por querer experimentar. Es una forma de especialización, ¿o no?

Claro, bueno a ver, esa es la virtud de una persona pluridisciplinar, que no quiere ser el mejor en el surf, si no que sencillamente lo que quiere es experimentar y es a su vez la gran, gran, gran diferencia entre una persona que quiere conectarse con el mar de diferentes maneras. Hay gente que se conecta muchísimo con el mar surfeando y muchísima otra gente que surfea y que no se conecta con el mar. Por eso que practiques el surf no significa que tengas una conexión con el mar. No, tal vez la señora de enfrente está mucho más conectada con el mar que una persona que surfea o practique surf (porque el término surfear es muy relativo) a menudo y que hace re entrys, y que hace aerials, y que hace snaps, y tiene un nivel superior a muchas otras personas. Por eso la eterna pregunta era ¿Cuál es el mejor surfista? Pues mucha gente dirá el que ves riendose con 70, 90 años y todavía surfeando. Luego hay gente que te dirá el mejor surfero es el más radical, otra gente que te dirá el mejor surfero es el que juega más con las olas, otra gente te dirá Kelly Salter, otra gente te dirá, pues eso. Depende del motivo por qué uno está ahí, que naturalmente es super individual.

¡Muchas gracias Fede!

 

Fotos

By Giulia Parise