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Creación de contenidos, slow food… y una y mil preguntas

“Nuevo algoritmo de Google.”, “Ha bajado en el ranking.”, “Tenemos que cambiar la estrategia de contenidos.”, “Necesitamos un push con payed, algo catchy, divertido… pero max. 24 caracteres, ah, ¡y usa esta palabra mejor!”.

 

¿Te suena? ¿O podrías continuar la lista?

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Si te mueves en el mundo de contenido digital, seguro que estas frases te son MUY familiares y - seamos sinceros - no son de las que nos alegran el día. Yo suelo imaginarme dicho mundo de contenido dividido en dos entornos: el de los números y el de palabras e imagen. Las personas que trabajan en este último se suele llamar “los creativos” y tienen que reaccionar a un sinfín de peticiones - que suelen venir del lado de los números. ¿Pero qué hay detrás de este título, “creativos”? ¿Cómo trabaja un creativo? Y este entorno en el que se mueve, ¿realmente le ofrece lo que necesita para que pueda fluir la creatividad? Ese toque original que tanto se pide, ese algo que impacta realmente... ¿Cómo hace para encontrarlo?

A veces parece que mandan las fechas de entrega, otras las limitaciones de carácteres, el compañero de la otra mesa, la competencia o/y la presión desde arriba (¡con todo respeto a los jefes y los clientes que pagan!). Pues sí, hay muchos aspectos que condicionan y forman nuestro entorno del mundo de contenido digital. Y sea como sea, lo importante es que sigamos el ritmo y entreguemos en tiempo, y, cómo olvidarlo, ¡qué nuestra propuesta tenga éxito! Pero… ¿realmente es esa la forma ideal de trabajar?

Sobre ASAP y otras modas digitales

La abreviación asap (as soon as possible) parece una moda, como los jeans modelo super skinny - ¿para qué ponerme algo que no me deja respirar, comer, moverme y basicamente me pone muy incómodo?. Pues, con el asap pasa algo bastante parecido. Obviamente, puede ser que haya un asunto que sea urgente, no digo que no. Lo que me pregunto es, si es tan urgente y, por lo tanto, se supone que también prioritario, ¿cómo es que no es lo suficientemente urgente y prioritario como para que uno pueda tomarse el tiempo que sea necesario para poder hacerlo bien? En el caso de redacción de contenidos sería por ejemplo estructurar las cosas bien, escribir de manera centrada y revisar el texto con tiempo - vamos, lo básico realmente.

Pero, ¿cómo es, que no pocas veces nos piden dejar todo para que nos pongamos ya con tal urgencia y aparte... hacerlo para ayer? ¿Estos textos urgentes realmente son tan importantes? De hecho, ¿cómo definimos “importante”? ¿Qué pasaría si no lo mando dentro de la próxima hora, sino mañana? ¿Realmente el problema es que entrego tarde o quizá es más bien que la solicitud no me ha llegado con el tiempo de antelación necesario? ¿Y a quién le afecta, si se publica tarde? Y si es que afecta a alguien, ¿de qué forma? No sé tú, pero yo siempre llego a la misma conclusión: hay cosas peores - y sobre todo, fuera del mundo digital.

Verlo de este modo, según muchos, es por ser vago, por falta de ganas de trabajar o por diferentes otros motivos, que de cualquier forma reflejan una actitud que no suele ser bienvenida en el mundo laboral. No me parece del todo justo. Por ejemplo: a mí me gusta escribir, incluso estoy contenta de haber seguido el camino laboral que he elegido. Es solo que, a veces, me parece que ese entorno de los creativos que había mencionado antes, no aporta mucho. Por eso me pregunto, ¿cómo es que se ha establecido esta dinámica de trabajar de prisa y de que todo tiene que ser más? Más cantidad, más rápido, más ágil. Si, en cambio, se diría: “Mira, necesitamos este texto de tal forma, tómate un tiempo para pensar, tampoco demasiado, claro, porque necesitamos publicarlo, pero el tiempo que necesites para sorprendernos.” ¿No sería también una forma de pedir contenidos e incluso, no podría llevar a resultados mejores? 

La propuesta slow

Quizá te parece utópico, pero realmente… ¡Hasta con los perros parece funcionar! Para un proyecto traduzco artículos sobre todo lo que está relacionado con nuestros amigos de cuatro patas, los perros, y entre otras cosas también sobre su educación. A mí, me ha llamado la atención, que en prácticamente cada texto, de una u otra forma se pone énfasis en que la manera de cómo se educa a los perros ha cambiado. Que ya no se suele seguir una filosofía basada en la autoridad del humano y en que el perro obedece por miedo al castigo. Puede que lleve a resultados rápidos, pero a largo plazo no es viable. En cambio, se recomienda tomarse tiempo, un ratito al día, pero de forma constante, motivando al perro en vez de presionarlo. Pues parece funcionar - con los perros. ¿Y qué pasa con los creativos?

En cuanto a la creación de textos online existe algo que llamaría necesidad crónica de contenidos. Claro, porque los algoritmos de Google y su evolución constante llevan a cambios frecuentes de los requisitos para un buen texto en el formato web. Entonces no podemos dejar de actualizar y crear. Porque los demás no duermen. Con este panorama, la idea de que alguien te diga, que redactes un texto y que te tomes el tiempo que necesites parece casi surreal. Lógico, porque mientras tanto, los demás ya han publicado mucho más contenido - ¡optimizado! - para subir en el ranking, obviamente.

Por un lado, entiendo a los que dicen que el ser humano, cuanto más libertades recibe, más se aprovecha. Desde ese punto de vista, puede ser que dar más tiempo sea contraproductivo. Pero quizá es solo por consecuencia de los hábitos que hemos adoptado hasta ahora, siguiendo las formas y el ritmo que parecen ser los únicos. ¿No podríamos volver a cero para ver si sale otro ritmo, quizá incluso mejor?

Piensa en la gastronomía, por ejemplo: el movimiento slow food se puso no solamente de moda, la calidad de la comida y de los productos también es mucho mejor, de eso ya no hay duda. El fast food, en cambio, no tiene esa fama. Slow 1 - Fast 0! Entonces, por un lado, tenemos el tiempo y, por otro lado, los ingredientes y el menú. Suelen ser menús mucho más reducidos, sin tantas opciones para que uno se pueda centrar en lo que tiene delante: platos con ingredientes de calidad y de temporada. ¿No se podría aplicar la misma lógica a la creación de contenidos?

Yo creo que sí. Evidentemente, siempre depende del contexto y de las necesidades, pero con un buen marco - o sea la cocina y la filosofía del restaurante - que deja espacio y tiempo para la creatividad, me parece que sí, sería genial trabajar a lo slow food.

El baile de los estímulos que despierta la creatividad

Según investigaciones que se hicieron con respecto a la actividad cerebral, en nuestro cerebro hay tres redes básicas que se van turnando: la red de atención focalizada, la neural y la de alerta. Esta última tiene la tarea de detectar pérdida de concentración y por consecuencia volver a llevar la atención a la tarea que tenemos delante. Pues, hasta ahí, la teoría. En la práctica, yo por ejemplo, siento que mi red de alerta cada tanto falla. Miro la pantalla sin escribir nada y así pasa el tiempo o me pongo con otras cosas. Hay quién lo llama procrastinación … Quizá te suena a ti también.

Para que esa red funcione, para mí, es cuestión del marco mencionado antes. Me refiero a la dinámica y el sistema en el que nos movemos para trabajar. A menudo, como hay que dar resultados, no nos permitimos el lujo de probar otras formas de trabajo para llegar a entregar lo que se pide. Porque si no, quizá la fecha de publicación no es hoy, sino mañana. Entonces mejor seguir la misma rutina, no cambiar nada y entregar a tiempo. Pero, ¿realmente es mejor eso?

Yo creo que es importante que cada uno encuentre la manera óptima de trabajar. A nivel individual. Aunque se trabaja en una empresa o un equipo, al final cada uno tiene su propio rol. Como el chef del restaurante. Pues es cuestión del restaurante de definir la filosofía - para seguir el ejemplo ponemos que es un restaurante slow food - pero es el chef el que tiene que estar cómodo en su cocina y con sus utensilios. Y también es el mismo, el que tiene que encontrar su fuente de inspiración para crear las mejores recetas slow food. Todos estos factores estimulan la creatividad y afectan al resultado, en este caso, el plato que se presenta al cliente. 

Volviendo a la creación de contenidos, ¡es lo mismo! Cada uno debería poder encontrar la forma que más le inspira y deja fluir su mente en vez de bloquearla. 

Salir de la rutina, para encontrar una nueva

¿Y cómo se encuentra esta fórmula mágica? ¡Pues explorando! En una entrevista, el director y guionista Wes Anderson explica que para una película de animación llevó a los actores que dieron voz a los personajes a los sitios de las diferentes escenas para hacer las grabaciones, por más que nadie los iba a ver. Si los personajes animados se iban a encontrar en un bosque, iban a un bosque, si era una granja, iban a una granja, etc. Dijo que los actores se sentían muy estimulados y aportaron un montón de ideas propias - cosa que quizá, si lo hubieran grabado de modo convencional en un estudio, no hubiera pasado. 

A eso voy. Hay que animarse a probar, explorar, mirar por encima de la pantalla y sobre todo más allá de las cuatro paredes de la oficina - literalmente. Se estima que pasamos casi un cuarto de nuestra vida en nuestro sitio de trabajo. Más vale que nos pongamos cómodos y lo pintemos en colores que nos inspiran. Sobre todo ahora, en fase postpandémica, que el panorama de los trabajos de oficina está cambiando bastante. Se habla de revolución digital, de teletrabajar, de home office y mucho más.

Pues, ya que la oficina es cada vez más digital, ¿por qué seguir con la misma rutina de siempre? ¿Por qué no aprovechar estas nuevas tendencias para encontrar su propia forma dentro de estas nuevas posibilidades? 

Ya ves, de una pregunta al final salen más preguntas que respuestas. Y está bien así, porque en cuanto a la creación de contenidos y las formas de hacerlo, no hay una respuesta global. Hay muchísimas y cuantas más preguntas hagamos, más posibles respuestas nos saldrán. Para terminar yo te quiero proponer una y contarte lo que me ayuda a mí, enfocarme e inspirarme para lo que hago a diario: crear contenidos. Puede ser algo tan simple como un paseo por la playa o el bosque o tomarme una pausa en un lugar rodeado de naturaleza - ¡está comprobado por cierto que la naturaleza y el silencio favorecen a la creatividad! - a otros les ayudan pequeños rituales para ponerse en el mood, cómo preparar su té favorito antes de empezar, ponerse música… las opciones son infinitas, pero hay que tomarse el tiempo para encontrarlas. Las formas para sacar ideas creativas son muchísimas. Todas distintas, algunas se complementan, otras no, pero lo importante es: ¡probarlas!